COLUMNA; Desde Mí Óptica, por: Rafael Chavez Montaño; SORAYA JIMENEZ

SORAYA JIMENEZ

ENSENADA.- Era llena de fuerza, y demostró siempre un corazón de triunfador, y un temple que todos envidiaron en  un deporte desconocido a nivel país como la halterofilia en este país a sido un deporte por décadas ignorado, y desde la obscuridad del entones valioso petróleo mexicano surge la figura de nuestra mejor halterofilista.

Soraya una deportista desconocida para la inmensa mayoría de aficionados al deporte en este país, pasa de la noche a la mañana a convertirse en la única estrella refulgente ganadora de una medalla de oro en una olimpiada donde nadie ya esperaba nada, saca la cara y la casta por el deporte mexicano poniendo el corazón por delante

Pero empecemos por el principio Soraya Jiménez Mendivil nace en Naucalpan de Juárez en el estado de México el 5 de agosto de 1977 y le regala a su patria la primera medalla de oro ganada por una mujer en las olimpiadas de el año 2000 en Sindey, Australia, pero eso no fue nada comparada con la fiebre que despertó en las mujeres mexicanas el logro de Sorayita como la llamaba el pueblo de México, fue una atleta de verdad entregada a la disciplina que requiere el deporte de la halterofilia un deporte de verdad demandante donde la disciplina es ley y en ese deporte tan duro se consiguió la primera medalla de oro para una mujer de este país para nuestra Sorayita un muchacha regordeta y tímida al hablar pero que al participar sabia poner el alma en cada actuaciones.

Pero veamos cómo fue en realidad, y como una mujer gana por primera vez una medalla de oro.

En Sindey lucio esplendoroso, para estos juegos olímpicos  México no tenia medallas doradas y de los 114 deportistas que competían en 20 disciplinas se veía lejana la posibilidad nuestros deportes  pues nuestros marchistas que eran la esperanza habían quedado en medalla de plata Noé Hernández en los 20kms  y bronce para Joel Sánchez en los 50kms otra gran esperanza era el taekoandoin Víctor Estrada campeón mundial de la especialidad pero que en esta olimpiada solo le alcanzo para un bronce y el gran Fernando Platas una de las mas solidas promesa de medalla cumplió pero solo con plata así que el oro lucia lejano y apartado esta vez para la delegación mexicana pero vino una competencia en la que no había grandes esperanzas pues nunca habíamos destacado y luego estaban las coreanas las cuales venían de una serie de exitosas competencias la mexicana empezó en cuarto lugar en la primera ronda para ir ascendiendo  hasta en la última prueba tomar por asalto el primer lugar llenando de alegría a todo México el ansiado oro estaba de nueva cuenta en las  filas mexicanas y la cosecha de medallas era buena con los bronces y la platas de sus compañeros solo faltaba el bronce de Cristian Bejarano en box deporte en que siempre nuestros competidores ponen todo en sus contienda muriendo en la raya esta vez Cristian no fue menos.

Venia de Vegas por Arizona llovía y el camino era de verdad difícil pero al pasar al lado mexicano por Mexicali me sentí más seguro emprendí la subida de la rumorosa y de verdad lo disfrutaba al llegar a Tijuana por unos encargos oí unos gritos, pero mi prisa me impidió pararme a ver, mas al llegar al caseta de cobro supe el motivo todo mundo festejaba el logro de Soraya todos en ese momento eran expertos en movimientos de envión, en fin de todo lo que implica el  levantamiento de pesas ahí mismo me contaron la historia más fantástica de halterofilia que jamás yo hubiera escuchado México había ganado el oro olímpico y de la mano de una desconocida prácticamente.

Soraya fue una estrella fugaz que nos regalo su luz en un momento inolvidable, y así como dice la consigna `popular de los  los héroes, murió joven victima de diversas enfermedades y así esta estrella refulgente del cielo deportivo mexicano apago su resplandor pero nos dejo la estela de su recuerdo

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